Buscar este blog

17.4.13

Artículo de Ambrose Evans-Pritchard, jefe de información económica internacional de The Daily Telegraph





Artículo de Ambrose Evans-Pritchard, jefe de información económica internacional de “The Daily Telegraph”.
Excorresponsal en los EE.UU. y en Bruselas. Partidario de la Unión Europea.


“Se equivoca gravemente quien crea que la Unión Europea ayudará a aniquilar a los catalanes”.

Los últimos acontecimientos me han dejado en estado de shock, especialmente por la reacción del gobierno de Madrid. Pero de todas maneras creo que las últimas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, son indignantes. Lo que no entienden ni Madrid ni el ministro es que ellos ya no tienen la sartén por el mango. Decir que “nosotros utilizaremos el derecho de veto acogiéndonos a los tratados de la Unión para bloquear una posible adhesión de Catalunya” es no entender nada. Ellos, simplemente, no pueden hacerlo.
Si España impidiera la adhesión, España misma estaría violando los tratados de la Unión; y la propia España podría ser expulsada. No digo que esto vaya a ocurrir. Pero, en cualquier caso, me sorprende el nivel de incompetencia y la voluntad que demuestra Madrid de llevar todo esto a una confrontación absoluta.
Ignorar que han salido a la calle un millón y medio de personas, con la capacidad volcánica que ello conlleva, me parece una gran estupidez. En conjunto es muy preocupante, porque veo que se está llevando a extremos amenazadores con declaraciones como las de García-Margallo, pero también con las de algunos militares: extremistas, de acuerdo; pero todo esto no deja de ser significativo.
La manera como lo presentan desde Madrid, incluida la carta del rey, que los catalanes persiguen quimeras, que quieren alterar el statu quo, etc., no tiene sentido. Ellos, por otra parte, están creando una especie de 1936. Es muy sorprendente.
Yo creía que 30 años de pertenencia a la Unión Europea habrían modificado lo suficiente la mentalidad de la derecha española. Pero los comentarios de los militares, de García-Margallo y otros, hacen que me pregunte si los militares pueden tener de nuevo algún papel en la democracia española. Espero que no. No hay camino de retorno, pero no deja de ser increíble todo lo que está pasando.
Si el Ministro de Asuntos Exteriores británico hubiera hecho un comentario sobre Escocia como el que García-Margallo hizo sobre Catalunya, el escándalo hubiera sido magnífico. ¿Se lo imaginan? Además, la reacción de exaltación nacionalista en Escocia hubiera sido incontenible. Pero es que, además, no puedes actuar de esta manera en el siglo XXI.
¿Cómo reaccionará la Unión Europea? Bien, en Bruselas creo que intentarán evitar por todos los medios tenerse que pronunciar sobre toda esta cuestión. Pero si al final resulta totalmente inevitable, lo harán. Y si el Estado español piensa que Bruselas se pondrá a su lado para evitar que los catalanes ejerzan el derecho de autodeterminación, estará cometiendo otro error de juicio.
Además, existe una agenda oculta de la Unión, no en la Comisión pero sí en otras partes de la maquinaria, que intenta promover un fortalecimiento del poder de las regiones en oposición a las naciones estado tradicionales, que en la práctica son un freno hacia la construcción de una estructura más federal, de supraestado de la Unión. Insisto: si en la Moncloa piensan que Europa les ayudará a aniquilar a los catalanes, están muy equivocados. Mucho.

10.4.13

Carta de Mossén Ballarín a Bono

Carta de Mossén Ballarín a Bono 

Respetado señor. 

Soy un cura catalán con poca cosa más y con suficiente instinto de 
conservación para ahorrarme los panfletos y sandeces de una campaña 
electoral. 

Así que fué al biés que le oí en televisión despachándose a sus anchas 
temperamentales sin dejar de ser bondadoso. 

Usted repudiaba aquellas apreturas políticas dictatoriales de antaño 
mandadas por el general, pero conservaba la misma idea de él en cuanto a la 
sagrada unidad de España, que ampliándola a la insaciable voracidad 
madrileña, llega a lo grotesco queriendo que el Mediterráneo desagüe en el 
Manzanares. 

Lo dejo porque voy a por más. 

Con la anchura de horizontes que le caracteriza, usted ha dicho una y otra 
vez que se puede ser catalán y español. Tal dilema no le toca a usted, 
español sin ser catalán, pero me toca de lleno a mi que soy catalán y me lo 
ponen muy negro para sentirme español. 

Compréndame. A mis noventa y dos años he vivido cuarenta y seis, la mitad 
justa, con el catalán prohibido en las escuelas. 

Me responderá que ahora no andamos por tales duricias y que más de un 
resquemado añorando otros tiempos se queje de un castellano olvidado en la 
pedagogía. 


Dejémoslo. No voy a apedrearlo con un memorial de agravios, pero desde la 
ignominia del café para todos hasta hoy no recuerdo un solo gesto de 
ustedes 
de comprensión para con los catalanes. 

Me apena ver como nunca comprenderán que el catalán es para mi tan sagrado 
como para ustedes el castellano. Y si para ser español tengo que aceptar el 
mínimo desprecio de mi idioma, me es imposible serlo. 

Es muy difícil, pero espero que nos comprendan, sólo podremos ser españoles 
si nos aceptan alegremente como catalanes. 

Así hemos llegado a este momento. Ustedes nos han cerrado todas las 
puertas, sólo nos queda una, ya me entiende. 

Con todos mis respetos. 

-- 
"un Món Nou (divers, sostenible i pacífic) l'hem de fer possible... 
www.arbrepau.net i per això hem de fer la Transició"... 
http://transitem.blogspot.com